La liga empezó con muy buen pie, ganando por 91-57 a Pulpí, en un partido mucho más igualado de lo que reflejó el tanteo final. Y es que los visitantes se desquiciaron con una actuación arbitral de los más discutible, llegando a recibir muchas técnicas, no todas merecidas, lo que condicionó el marcador.
En la segunda jornada visitamos a Capuchinos, un equipo típico de esta escuela murciana, que defiende muy bien y técnicamente muy buenos, aunque algo cortos de efectivos. Los totaneros jugaron un gran encuentro, para imponerse en pista colegial por 58-69.
En esta tercera jornada visitó el Manolo Ibáñez La Ermita, un equipo de los más veteranos de la categoría.
El encuentro empezó con un contundente 12-0 que hacía presagiar que iba a ser un partido cómodo para los locales, pero nada más alejado de la realidad. Los totaneros se atascaron contra una zona en la que no veían manera de penetrar y las distancias se acortaron, aunque siempre se mantuvieron entre los 4 y los 10 puntos.
El juego mejoró considerablemente en el último cuarto (el partido había sido bastante feo hasta el momento), donde las distancias se acortaron hasta el punto de que con el tiempo agotado dispusieron de 2 toros libres para empatar. El primero entró limpio, acallando los silbidos y gritos de la afición local. El segundo, por el contrario, salió repelido del aro, dejando la victoria en Totana.
Lo mejor de este inicio de liga es que el equipo de Adrián Martínez está sabiendo sobreponerse a las bajas que están teniendo (todavía no han podido contar con todos los jugadores), haciendo un juego coral, donde cada uno va cumpliendo su papel, cambiando los jugadores más destacados de un partido a otro.
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